16.11.17

Fuego

Todos los minutos que exceden las 00:00 horas de cada noche del resto de mi vida, hasta que me voy a dormir, misteriosamente se vuelven más románticos.
Son las 2:04 de la madrugada y hoy la cama parece de diez plazas sin vos. Afuera llueve y te extraño, pero bien. No duele. Con vos lo único que duele son las inevitables verdades que me disparas en la sien con balas de sinceridad ebria y sedienta de sanación... Pero tu amor es mi cura y mi perseverancia el camino hacia un nosotros cada día mejor.
Todavía voy sobre mis pies porque vivir en sueños siempre termina con alguien despertándose, y yo no quiero que seas ni ideal ni pesadilla, te quiero real. Por eso dudo cada día y mi dubitar es justamente el que alimenta la confianza dormida pero casi profética que le tengo a esta mano. No tendremos la historia ni la suerte de nuestro lado pero tenemos fuerza, voluntad y ganas, somos todo lo que vivimos y nos reconstruimos una y otra vez desde las cenizas para hacerle frente siempre, bien o mal, o sin querer, a este océano que se esmera en precipitar contra nuestro fuego. Porque eso somos. Somos el calor de un abrazo cuando estamos tristes, somos la luz de un faro cuando no vemos entre tanta maleza, somos lo astuto de una llama que se propaga hacía donde va a estar más fuerte, somos lo ardiente y lascivo de un incendio que nunca, nunca se apaga.

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