5.9.18

En control

Siempre busco tener todo bajo control, acomodar a la gente, a las situaciones y a lo que siento lo más perfecto que puedo para sentirme tranquila. Éste es un hábito que tomé con los (d)años, como un método de defensa hacia mi centro que ya se rompió un par de veces. Lo cierto es que casi nunca me siento tranquila de todas formas. Alguna vez tuve catorce o quince años y fui libre de mí misma, tal vez porque no tenía presente todo lo que me fue haciendo daño, tal vez porque mi intensidad y mi espontaneidad funcionaban totalmente desincronizadas y eso me tenía en un constante estado de descontractura y despreocupación que ahora no encuentro con facilidad. Me extraño, a veces me extraño mucho más de lo que me quiero.
Moviéndome en esta zona tal vez de comfort que es no dejar nada librado al azar estoy bajo mi propio placebo, y ya no es gracioso decir que mi mente libera sus propias toxinas porque no son de las divertidas.
Yo sé que todavía estoy en mí pero no me encuentro, sé que abajo de todas estas ganas de llorar y gritar y romper cosas que estoy tapando con autocontrol está mi yo que no se preocupa por absolutamente todo, sé que en algún lado está mi yo que le importa ser feliz más que complacer al resto.
No estoy bajo control, estoy descontroladamente incómoda conmigo y quiero salir completa porque me estoy guardando las mejores partes y me están rompiendo todos los huesos.
Me duele una banda.